No Nos Han Vencido

 El 24 de marzo participé de la marcha en conmemoración de un nuevo aniversario del último golpe cívico-militar,  desde la ex ESMA hacia Plaza de Mayo. Había  carteles que recordaban  algunas de las víctimas, como el "Negrito" Floreal  Avellaneda, un militante de la Federación Juvenil Comunista que tenía 15 años en el momento en que fue secuestrado y luego asesinado.

Pensé en cómo la dictadura se ensañó cruelmente con los más jóvenes.Y no es casualidad, no es un error. Aterrorizar a los menores tiene el objetivo de romper el motor de cambio de la sociedad. 

No sólo a través del terror se intenta desarticular a la juventud, también desde el desprestigio, desde asignarles permanentemente el papel de torpes e inútiles, la  "generación de cristal", y de desalentarlos, repitiéndoles que no tienen futuro, que el país es inviable, que no van a logran nada. La realidad en las aulas me muestra adolescentes comprometidos con sus ideas, expresándose, rompiendo estereotipos.

Durante la larga caminata veía a los jóvenes como mi hijo con sus amigos y camaradas. Tocaban los bombos, cantaban, saltaban,  gritaban y también sonreían, si, porque la lucha también es alegría. Los veía ser custodiados por el retrato del "Negrito" y se me hacía un nudo en la garganta. Pensé en sus últimas horas, en el miedo, la angustia, el dolor terrible que debe haber sentido. En esa mamá a la que se lo arrancaron de los brazos y ya no volvió a verlo. Y también pensé en estos jóvenes con los que marchaba, tantos años después,  literalmente alzando las mismas banderas, continúan la misma lucha, con el mismo corazón latiendo a mil, los mismos sueños, las mismas esperanzas, el mismo deseo de ver crecer una patria más justa, para todos. Y en mi angustia de mamá preocupada los escucho cantar:

" A pesar de los golpes

Y de nuestros caídos

La tortura y el miedo

Los desaparecidos

¿Qué pasó?

No nos han vencido"