Patria
Hace poco me preguntaron qué características de mi país me
producen orgullo. Y eran muchas. Sin caer en hablar de climas y paisajes, ni en
un nacionalismo fácil, ni en exageraciones soberbias, creo que hay mucho para
destacar sobre la Argentina.
Entonces, ¿por qué nos señalan permanentemente lo contrario?
¿Por qué se nos escucha hablar de "país inviable"? Pareciera que los
argentinos sólo tenemos dos posiciones en esto, o remarcar que somos los
mejores en todo o que no servimos. Y ninguna de las dos cosas es cierta.
Yo soy docente en escuelas secundarias, y escucho ambos
comentarios de parte de mis colegas. Tristemente lo que más suelo escuchar son
las opiniones más pesimistas, sobre nuestro país, y también sobre los
adolescentes que, junto a las familias, y la sociedad entera, estamos educando. Y ahí nace nuestra
obligación de mostrar otra imagen, ni la del desánimo, ni la de la canchereada.
Podría hablar de deportes, del Papa, de premios Nobel, de artistas, de
científicos, y la lista sería enorme solo mencionando a aquellos reconocidos
internacionalmente. Creo que es indispensable hacer también ese trabajo desde
el aula, desde las distintas materias. Es importante que sepan que pueden
desarrollar su vocación, que son capaces, que muchos lo han hecho, y que si
bien no se espera de ellos que sean ni Borges ni Messi, pueden escribir, o
jugar al fútbol. Con el esfuerzo que implique. En muchos casos escribirán para
sí mismos, o jugaran sólo en la plaza del barrio, porque nada es fácil. En
muchos casos tendrán que autogestionarse esa vocación y serán periodistas
barriales, investigadores por el placer de aprender y conocer, y tienen que
saber que eso está bien, también es parte del país que necesitamos. Y también
tienen que saber que muchos de su país, de su provincia, de su barrio, fueron
más allá de eso. Por eso está bien desarrollar esa lista para inspirarlos.
Mi hijo pasó su infancia deseando ser paleontólogo y luego
se decidió por antropología y comunicación social. El denominador común es que
desde sus cuatro años debió escuchar por parte de muchas personas que, debido a
su elección, moriría de hambre, que esas carreras no tienen futuro. Es cierto
que tendrá que esforzarse y buscar el lugar que lo haga feliz y que le permita
satisfacer sus necesidades materiales, porque también tendrá que pensar en eso. Pero ¿por qué
suponer que no tendrá la capacidad para hacerlo? ¿Por qué suponer que sólo las
profesiones conocidas pueden ser rentables? ¿Por qué no destacar que vive en
uno de los pocos países en los que puede estudiar dos carreras en forma
gratuita? ¿Por qué no mencionar que la carrera de Antropología de la
Universidad de Buenos Aires está en el puesto 23 en el mundo? ¿Por qué no decir
que el Equipo Argentino de Antropología Forense es requerido en el mundo por su
grado de especialización y profesionalismo y que por eso los llaman de muchos
países para que realicen investigaciones o preparen a sus antropólogos?
¿Cuánto les dejamos de decir a nuestros jóvenes? ¿Por qué
nos hacemos eco de ese desaliento constante, como si quisiéramos que fracasen o
se vayan?
Es cierto que nuestro país vive de crisis en crisis. Siempre
estamos en crisis, mejores o peores. Hemos sufrido mucho como pueblo,
dictaduras, guerra, desilusiones. Y siempre nos hemos puesto de pie nuevamente.
Nos sacudimos, y nos reímos de lo que nos pasa. Si tuviera que elegir sólo una
cosa que admiro de los argentinos es esa capacidad de reírnos con bronca, y
seguir adelante, a veces con dolor en la mirada, pero seguimos. Y volvemos a
creer, y volvemos a hacer. Y creo que esa resiliencia no la podemos perder de
vista, es nuestro poder, y es lo que tenemos que trasmitir en las aulas, en
casa, en la calle. Es lo que le tenemos que decir a cada joven, a cada niño y
niña, que tienen esa fuerza, esa creatividad, que nos impulsa a todos.
Un país se construye desde cada habitante, y sólo cambia si
todos cambiamos. Por supuesto que no es fácil, pero es nuestra responsabilidad
aportar desde lo que hacemos, exigimos, y decimos. No hay neutralidad en esto.
O construimos para todos y todas o ayudamos a que realmente se transforme en un
país inviable.
-Flavia Pandolfi
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